Qué viva el flanneur!
Esta Semana Santa visité algunas iglesias, con un ojo apreciativo por cosas que antes no me producían el mismo interés. Un flanneur exquisito.
Ahora pienso mucho en cómo se construye la cosa, y los detalles técnicos han ocupado un lugar importante en la apreciación de una obra.
No conocía la iglesia de Santa Barbara, en un sector poco conocido de Bogotá, entre la iglesia de Las Cruces, y la Plaza de Bolívar. Después mostraré fotos de ese sector.
Por ahora, Santa Bárbara tiene un altar muy curioso. El plano en madera dorada adosado a la pared de fondo de la iglesia se abombó en el centro, y creo un semidomo para colocar el sagrario.
Un altar barroco ondulante con el sagrario en forma de semicúpula, elaborado hace 500 años en maderas preciosas de la selva, cubiertas de oro batido, para crear puestas en escena muy dramáticas.
El púlpito es una prolongación de la madera dorada ondulante.Su colocación contra el intrados del arco principal obliga a la extraña form de su escalera, retorcidar para pegarse a la pared.
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