EL ojo del arquitecto debe ser un ecxplorador de tendencias. El ojo del arquitecto es un ojo glotón. Es un ojo promiscuo. Todo le llama la atención. Cada detalle llama su atención.
Para la muestra, tres imágenes urbanas que el miércoles llamaron mi atención.
Primero, un puesto callejero de dulces, donde un % importante del ingreso lo componen las llamadas por celular. Cada vez son más los postes de los que cuelgan innumerables cadenas.
EL colapso del sistema. Transmilenio llevado a su nivel de ineficiencia. Esta multitud encasillada como ganado en botalón, no solo es inefiicente: También es peligroso. Una estampida puede terminar en tragefia facilmente. Qué pesar que los egos de nuestros exalcaldes no permitan discutir el colapso del sistema
No sabía que era Miércoles de Ceniza hasta que en una buseta vi estas tres alegres señoras con su cruz de ceniza en la frente. En la ciudad coexisten las cosas más disparatadas, igual que en un diccionario como lo explica Foucault.