Es una foto del desfile del 20 de julio tomada desde mi apartamento.
La liga de Hemofílicos, a la cual pertenezco a falta de membresía en congregaciones más alegres, pide una cita con el director de Planes Parciales de renovación y conservación, arq. Leonardo García. Lo acompañan los arquitectos Alfredo Pinot, y Waldo Yezid Ortiz. Por la liga está presente Sergio Robledo, médico, y el suscrito hemofílico (leve), brulote de periodista posando de arquitecto.
El médico habla de cuatro planes parciales en los cuales él está súbita e inesperadamente involucrado. La sede de la Liga esta en el Plan Parcial Plaza de la Concordia. El apartamento de su mamá queda en el perímetro del plan parcial de la Universidad Sergio Arboleda. Lindando por el sur con este plan queda el plan parcial que desarrollará predios en la manzana donde queda la librería Panamericana, el cual es impulsado, aparentemente, por un conocido de infancia de su mamá. El apartamento de él queda en el perímetro del plan parcial del Antiguo Country, el cual linda por el sur con el plan parcial Conquistadores.
Todos son planes parciales de renovación, desarrollados por particulares, algunos exhiben nombres de arquitectos pesados. En todos se habla de cantidades enormes de plata. En todos se practica un repensar la ciudad "ex novo" como si estuviéramos en 1° semestre: Torres de 30 o 40 pisos, plataformas aéreas para promenades a cinco pisos de altura, etc., etc. En todos aparece la figura de señores con maletines llenos de plata ofreciendo cualquier barbaridad por lo que le pidan, y sacando gente a lo loco.
Las preguntas de la Liga son las de todo el mundo: El plan parcial me sacará? Qué tan buen negocio es un plan parcial? Cómo participa la comunidad?
Leonardo García anota que un propósito de los planes parciales en las políticas de redensificación es asociar a las comunidades al desarrollo y valorización de su finca raíz, para que esto no sea otro proceso de reasentamiento urbano, otra caminata de tribus urbanas más en nuestro lapso de vida. Es la pregunta que no queda muy explicada: Cómo se informa la comunidad del proceso, cómo canaliza su veeduría. Cómo garantiza su estadía. Son planes que estan densificando aún más algunas de las partes más densificadas de la ciudad. En el Centro, qué va a pasar? Metroblog pretende averiguar y contar.
Yezid Ortíz sostiene que el auge de los planes parciales privados de renovación se debe a que la tierra urbana ya se acabó. Camacol, en su último número, sostiene que no se ha acabado la tierra, sino que hay tal cantidad de trabas para adecuarla a los planes parciales de desarrollo, que la gente optó por meterse a los planes de renovacion en el centro de la ciudad
Alfonso Pinot sostiene que en los planes parciales se va a presentar un fenómeno de acomodo a la realidad como sucedió en su momento con los Planes de Ordenamiento Territorial. Lo describe como un proceso donde se presentan casos el de un Plan Parcial en Paloquemao donde el promotor terminó actuando como en una pirámide, captando dinero, y reinvirtiéndolo. Están en un lío impresionante.
El nivel de pasión desatado por un plan parcial ha dejado huellas de impactos de bala en las puertas de algunas oficinas, como pasó en las oficinas del promotor del plan parcial de la Plaza de la Concordia.
El nivel de inversión de los planes parciales es de tal magnitud que gran parte de los planes seguramente se quedará en etapas por desarrollar. Si el 50% llegan a la mitad de sus etapas previstas, y solo un 25% completa la totalidad de sus etapas, se imaginan el collage de paisaje lunar que va a tener Bogotá por los siguientes 20 años? Luego, oremus, hermanos, para tener serenidad en esta ventana de oportunidad.
Mañana seguiré con este tema. Pensar que después de 10 años la Ley 388/97 tiene un aire de abajo hacia arriba, del público hacia las autoridades!!
Vean la misma plazoleta ocupada por cambuches de invasión de los artesanos. Yo me pregunto, por qué tiene que ser esa la imágen de los artesanos? Por qué tiene que ser un ejemplo más de "Mecánica Nacional"?
Y miren esta foto del interior del teatro Lux convertido en parqueadero. Una prueba más de que el centro de la ciudad es un queso gruyere, completamente hueco detrás de sus fachadas vetustas
