Cuando la gente habla del arte, piensa en expresión. El arte es una expresión de la personalidad. El arte me sirve para conocerme. El arte como terapia, como catarsis.
Pero para mi el arte es un modo de indagación. Nietzche, por ejemplo, comparte plenamente mi punto de vista, cuando dice: "Cuanto más abstracta es la verdad que quieres enseñar, tanto más tienes que atraer hacia ella a los sentidos". El arte puede describir la realidad, científicamentre,como los dibujos anatómicos de Vesalio,
o sensorialmente, como los impresonistas franceces,
aun psicológicamente, como las soledades urbanas de Hopper.
En el caso de esta serie de dibujos, escojo la ilustración, porque supone un reto diferente: Traducir en imágenes un texto, o una idea. Como Gustavo Doré ilustrando la Divina Comedia.
El pintor "construye" corrigiendo y afinando su enfoque mediante la superposición de capas de color. El dibujante se impone el reto de expresar lo que quiere mediante la línea, de una manera inmediata, un trazo nítido, que no da espacio para retocar. La línea pude ser en lápiz, o en tinta. El lápiz se puede borrar, difuminar. La tinta es implacable, se toma aire, como un clavadista olímpico, y se fija la vista en el papel, como un francotirador enfoca el blanco, y, "al agua, patos". Ilustrar los signos del zodiaco plantea el problema de darle forma a una idea mágica, poco racional. El dibujo debe evocar una atmósfera antigua, arcana, como de ensoñación.. Los dibujos de Audrey Beardsley ilustran muy bien esa idea.
Las líneas se entrecruzan formando superficies fragmentadas, que luego relleno de manera alternada, creando un efecto de mosaico, de fragmentos de mosaicos que puede pensarse que son encontrados en alguna ruina de un antiguo palacio, y se reutilizan para una nueva función, como hizo Gaudí en el Parque Güell.
