Pienso que en Bogotá vivimos un dictadura de los conservacionistas. Una dictadura de los funcionarios de Planeación imbuidos de una cierta idea de lo que es patrimonio edificado. En su afán por conservar llegan a parecer la versión urbana de Funes El Memorioso.
Vi esta foto de la embajada de Méjico en Washington. Me pregunto qué pensarían en la Subdirección de Patrimonio y Conservación de Planeación de Bogotá si les tocara evaluar un proyecto parecido.
Pienso en Le Corbusier y un dibujo que me llamó la atención de la exposición de su visita a Bogotá en 1948.Miren la facilidad con la que crea un escenario alternativo para la Plaza de Bolívar. Desaparece el edificio Liévano, y tenemos un espacio público de dimensiones algo menas provincianas que lo que nos gusta considerar como patrimonio.