jueves, 22 de enero de 2009

LA OSCURIDAD DISOLVENTE











La oscuridad disuelve las cosas del mundo diurno. O son ellas las que gradualmente se van disolviendo en el trasfondo. No lo sé. Pregunta para vampiros, y poetas decimonónicos. Yo creo que más que el dilema, lo que importa es la belleza estética de esa disolución.
Pienso también que hay sitios para disolverse mejores que otros. Resaltan la disolución, por así decirlo. La exhaltan.
Y también hay formas, siluetas, "Gestalten", que se disuelven mejor que otras. Si entiendo a Le Corbusier, las buenas arquitecturas lo son precisamente porque entre otras cosas, surgen y se disuelven dramáticamente entre las sombras.

Interesante notar que más que desaparecer el volúmen en el trasfondo, lo que ocurre es que la descripción diurna del edificio, que es una descripción de volúmenes y siluetas y texturas, es gradualmente sustituida por la descripción nocturna que es una codificación luminosa de sus espacios interiores.

Shakespeare diría que captar desde miradores espectaculares buenas disoluciones de formas bellamente disolvibles en dramáticos disolvederos es una rara concatenación de casualidades "..devoutly to be wished."

Yo vivo en un buen mirador, delante mio esta un disolvible de primera como son las Torres del Parque, que estoy seguro Salmona diseñó como disolvibles. El disolvedero ideal es el trasfondo de los cerros. Entonces debería captar bellas disoluciones.


Y las disoluciones suceden a veces rápidamente. Estas que les muestro suceden en un lapso de quince minutos a partir de las 6:15 de la tarde. En próxima entrega miraremos unas formas surgir desde el trasfondo hacia la luz del día.






































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